EL PASTOR Y SU REBAÑO

Domingo  del BUEN PASTOR 4º de Pascua. C

8 de mayo de 2022

Al profundizar en el texto griego la palabra “buen” (bueno), tiene muchas acepciones que también nos pueden ayudar a ampliar la mirada sobre nuestro Buen Pastor. La palabra griega para decir “bueno” (kalós), también significa hermoso, bello, noble, correcto, excelente, honesto, ejemplar, glorioso, grande, puro, precioso, natural, perfecto. Sin embargo Jesús no utiliza esta expresión para exaltarse a sí mismo como alguien “excelente”, sino para llevarnos al plano de la pertenencia e identidad. Pertenecemos a un rebaño, que la oración colecta caracteriza hoy como “débil”, y que con mayor razón entonces tiene la necesidad de aguzar el oído para escucharle y ver por donde anda el Pastor que es su guía y Maestro. “Somos su pueblo y ovejas de su rebaño”. (Sal 99)

H.Clara

Dijo Jesús:” Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna;  no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.

                                                                               Jn 10, 27-30

Hoy, Juan, en este Evangelio, en pocas palabras nos revela la identidad de Jesús con el Padre; o más bien es Jesús quien nos lo revela. Nos enseña esa relación tan íntima con su Padre al expresarse así. Nos muestra a cada uno cómo  saber unirnos a Él. A “ser” en relación con el Padre. Será en su tiempo la razón para darle muerte, y sin embargo para nosotros, ésta es signo y razón de VIDA, de vocación, de llamada, de razón para vivir, de fuerza y caridad. A cada uno nos llama por su nombre. Es precioso descifrar que este conocer su voz y El escucharnos a nosotros y conocer El la voz de cada uno, significa que cada uno somos importante, único, especial, diferente y muy amado de Él. Y nos da señales en pequeños signos diarios y en su Palabra, que nos ayudan en esta escucha. Necesitamos entonces hacer silencio, dejarnos encontrar. Así podemos sentir que le pertenecemos, que somos conocidos por Él, y que queremos seguirle y guardar siempre esa actitud de discípulos, mansos y humildes como Él,  desde ya viviendo la vida eterna.

+M Alejandra

Imagen del “Buen Pastor”, característica de este Domingo, pintada en el taller del Monasterio.