La Fiesta de la Epifanía nació en las iglesias de Oriente en el s. IV al mismo tiempo que la Navidad en Occidente y tenía como objeto celebrar el nacimiento y el bautismo de Jesús. Posteriormente en Oriente esta fiesta quedó solo como memoria del Bautismo y en Occidente se propusieron, en cambio, celebrar sobre todo la venida de los Magos.
La palabra epifanía significa “manifestación”, término que proviene del griego y que hacía referencia a la entrada poderosa de un Rey a una ciudad.
Los Magos que vienen con dones a adorar al Niño, al no ser judíos, representan el homenaje de todos los pueblos rendido a Cristo, quien es Señor de todas las naciones. Este es el misterio escondido en Dios: que también los gentiles son partícipes de la Promesa hecha a Israel en la persona de Jesucristo, por medio del Evangelio (cf. Ef. 3).
“Que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán… Que todas las naciones, en la persona de los tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya solo en Judea, sino también en el mundo entero” (S. León Magno).
“Al salir los Magos de Jerusalén he aquí que la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el Niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría” (Mt. 2, 10). Los Magos supieron ver en el Niño a Dios, al que desde entonces todos los siglos adoran.
“Y entrando en la casa, vieron al Niño con María, su madre, y postrándose le adoraron” (Mt. 2, 11). Abriendo sus tesoros le ofrecieron dones: oro, como Rey, incienso, como Dios y mirra, como hombre en su pasión.
En Chile esta fiesta se celebra el domingo que cae entre el 2 y el 8 de Enero. Donde es fiesta de precepto, se celebra el 6 de Enero.
ORACIÓN
Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo Unigénito por medio de una estrella a los pueblos gentiles; concede a los que ya te conocemos por la fe poder gozar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria.