En los 40 años de la fundación del Monasterio de la Asunción, Monjas Benedictinas
El día 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, hna. Clara Becerra hizo su Profesión Monástica de Votos Solemnes y recibió la Consagración de Vírgenes de manos de Mons. Guillermo Vera Soto, Obispo de la Diócesis de Rancagua, quien presidió la Eucaristía. También nos acompañó en este precioso momento Mons. Alejandro Goic, obispo emérito de la Diócesis, siempre tan cercano a nosotras. Concelebró junto con el P. Abad Benito Rodríguez, osb., presidente de la Congregación Benedictina de la Santa Cruz del Cono Sur, el P. José Luis Olivares, osb., el P. Fernando Edwards, osb., el P. Ariel Araya, osb., el P. Juan Carlos Marzolla, superior provincial de los Agustinos de la Asunción, el P. Esteban Monsalves, a.a., el P. Julio Navarro, a.a, el P. Pedro Pedraza, a.a, el P. Miguel Fuentealba, a.a, el P. Mauricio Riquelme, a.a, el P. Nelson Egaña, a.a, el P. Javier Barros, el P. Sebastián Vial, P. Gabriel Becerra, el P. Héctor Pulgar, y los Diáconos Pedro Guillermo Cartagena, tío abuelo de hermana Clara y el diácono Jorge Campos.
Recibió los votos Madre Alejandra Izquierdo, Abadesa del Monasterio, en presencia de las monjas de la Comunidad y de una gran Asamblea como testigo. Asistieron sus padres, Haroldo y Marcela, sus hermanos Natalia, Francisco y Juan, sus sobrinos, tíos, primos, amigos fieles de la Capilla San Francisco de la Isla a la cual pertenecía, vecinos, trabajadores y oblatas del Monasterio. También las hermanas Adoratrices de Rancagua, las monjas benedictinas de Rautén, los monjes benedictinos de Las Condes y de Llíu-Llíu, los monjes trapenses de Miraflores, oblatos del Movimiento apostólico Manquehue y hermanas Ursulinas.
En la solemne ceremonia hna. Clara dio con gran alegría su respuesta libre y definitiva al Señor para seguirle en la vida benedictina, ocupándose solo de Él, viviendo entregada a Cristo en el silencio, la soledad y la oración asidua, solícita para la OBRA DE DIOS, la obediencia y la humildad, para bien de la Iglesia y salvación de todos los hombres.
Nuestra comunidad, además este año celebra los 40 años de su fundación el día viernes de la Octava de Pascua, y está formada actualmente por 19 hermanas, tres de las cuales son fundadoras y de nacionalidad española, una hermana novicia argentina y las demás todas chilenas provenientes de Santiago, Rancagua, Gultro, Valdivia y Rengo. Pero h. Clara, hasta ahora, es la vocación más vecina al monasterio. Su familia es del sector donde este se encuentra ubicado y desde pequeña ya visitaba a las hermanas para rezar el mes de María o participar en la Eucaristía. Aunque no con intenciones de quedarse para siempre con ellas, el Señor sutilmente iba susurrando su llamado. “Doy gracias al Señor por regalarme nacer y crecer tan cerca de esta comunidad, del lugar mismo del Monasterio, que siempre fue un lugar que me transmitía algo muy especial. Al principio cuando venía y era más chica, me encantaba saludar a las hermanas, las encontraba tan alegres, tan acogedoras y como tan llenas de luz. Me gustaba también jugar en los rincones de la explanada de la Iglesia donde con mis hermanos tratábamos de subirnos a un lugar más alto para poder mirar hacia el claustro y descubrir lo que había adentro, pero no nos daba la altura a ninguno, así que siempre quedaba en el misterio lo que pasaba y había detrás de los muros, todo era tan lindo que por supuesto nos imaginábamos que adentro también había algo precioso. Y claro que había algo maravilloso adentro, estaba este grupo de mujeres que habían descubierto “la perla enterrada en el campo” por la cual habían vendido todo para quedarse con ella. Ese tesoro escondido hace que el Monasterio irradie Su Presencia y atraiga a todos hacia Él. Eso es lo que había, era a lo que cuando niña yo no sabía ponerle un nombre, era claramente el Señor que me estaba invitando y llamando a trabajar y cultivar su viña”-afirma hna. Clara.
Testimonio de H Clara: