Hoy celebramos el amor de Dios, le alabamos por la concepción inmaculada de la Virgen María, la hija predilecta del Padre, la gloria de la humanidad, la alegría de Israel, el honor de nuestro pueblo, el espejo de nuestra espera.
Del amor de Dios por su pueblo fue engendrada Santa María, del amor de María por Dios y por su pueblo, engendró a Cristo.
Apresúrate María a dar tu sí, la creación entera está esperando. Del sí de María nos ha venido la salvación.
Hoy hace 40 años, la comunidad de San Pelayo, Oviedo, España, dijo “sí”, “hágase” a la fundación de este Monasterio de la Asunción en Rengo. Un sí como el de María, abierta a la maternidad, al amor, a la vida. El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres.
Dios es, pues, el padre de las cosas creadas; y María es la madre de las cosas recreadas. Dios es el padre a quien se debe la constitución del mundo; y María es la madre a quien se debe su restauración. Pues Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho; y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado… ¡Verdaderamente el Señor está contigo, puesto que ha hecho que toda criatura te debiera tanto como a Él!
San Anselmo de Cantorbery, Sermón 52 (oficio de Lecturas, Inmaculada Concepcion)