Pintura de Giotto di Bondone (1267-1337)

“Lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista” (HCH 1,9)

Durante todos estos domingos de Pascua, hemos estado escuchando en la lecturas dominicales que Jesús nos explicaba, que a pesar de las contrariedades o dificultades, seamos fieles; que la señal por las que nos conocerán que somos sus discípulos es por qué nos amamos unos a otros; que El nunca nos va a dejar solos… Y antes de enviarnos al Espíritu Santo, tiene que subir al Padre.
Este domingo, celebramos la Ascensión del Señor. Jesús, al ir al Padre, no va a un lugar físico, ni a una nueva “dimensión”. Él regresa al lado del Padre. Ir al cielo, es ir a Dios. Pero no se despreocupa de nosotros, al revés. Hoy sigue en nosotros, sigue vivo. Solo hace falta que le prestemos un poco de atención y nos pongamos en silencio en su presencia para estar con El.