Algunas palabras de la Abadesa 

Después de abajarse y levantarse para lavar los pies de doce hermanas de la comunidad, la Madre nos  estimuló a vivir el Triduo Santo y la Pascua a la luz de las Sagradas Escrituras.

Recorramos juntas las Escrituras en este tiempo de oración.  “Mi bien amado ha descendido a su jardín, a su patio de aromas, a apacentar entre los jardines y recoger lirios” Ct 6,2. Las Hijas de Jerusalén han hecho tomar conciencia a la bien amada de que Aquel a quien ella canta y a quien busca, no está en otro lugar sino en el fondo de su corazón. Frecuentemente son los demás los que nos revelan la presencia de la cual vivimos secretamente… no tiene el bien amado otro jardín que el alma de su amiga y es allí donde ella debe buscarlo siempre. “Ha descendido a su jardín”. ROSAS-2

Este descender, significa la profundidad, el abajamiento de su esposo real, hasta el corazón de su pobre y pequeña bien amada que le fue infiel pero ha vuelto a Él de todo corazón. Es el abajamiento hasta aquella a quien llama como su “jardín bien cerrado”. Ese ser “Inaccesible, está en el fondo de su alma”. Ese pobre y pequeño jardín es un jardín de aromas, que no los exhala por sí mismo sino porque el bien amado ha hecho allí su morada.LIQUEN

Ha descendido a pastorear su rebaño entre los jardines y a recoger lirios -recoger es reunir-, quiere decir esta dimensión universalmente misionera, singular y personal de DIOS QUE DESCIENDE AL ALMA de la que ama para cumplir su obra esencial: la UNIDAD de los hombres “reunir en la unidad a los hijos de Dios dispersos” Jn 11, 52. En el Cantar de los cantares, es jardinero y pastor como lo es en el Evangelio de Juan con la Magdalena en la mañana de Pascua y no cesa de trabajar a través de ella en el inmenso jardín del universo. También unifica interiormente a la que ama, unifica en el alma todos sus pensamientos, deseos y afectos.

 

PARA QUE SEAN UNO COMO EL PADRE Y YO SOMOS UNO Jn 17, 22.

Cristo expresa su amor: “He deseado ardientemente celebrar la Pascua con vosotros, antes de padecer” Jn 13,1/ Lc 22,15. Y prepararon la cena de la Pascua. El agua para las abluciones, las hierbas amargas, los panes ácimos, las lámparas, todo con cuidado. Nosotras también lo hacemos. Y Jesús les dio la sorpresa en esa Ultima Cena. Se abajó nuevamente para levantarnos, para LAVARNOS. Se abajo al llegar al mundo a que lo fajara una Doncella Nazarena, para llenarnos de ESPERANZA. Se abajó para levantar a la pecadora para que esta pudiera ponerse de pie en medio, y nadie la acusara. Jesús la levanta, la dignifica.

HACED ESTO EN MEMORIA MÍA Lc 22,19.

     PAN                  UVAS

Celebramos la EUCARISTÍA y el MANDATO en comunión. AGRADECIENDO y siguiendo la tradición que viene de nuestras mayores que nos transmitieron la Vida Monástica, aquí y desde San Pelayo, Oviedo. Este SIGNO del Mandato, aquí hecho en la intimidad de la comunidad….. que sigue la tradición del Evangelio como dice San Pablo:
“Yo he recibido una tradición que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido” 1 Co 11, 23. Jesús desea mostrarnos con toda claridad en el lavado de los pies, este sentido de servicio, esencial para la vida cristiana. UN MANDAMIENTO NUEVO OS DOY, que os améis unos a otros Jn 13, 34. Mostrarnos esa vocación de amor, acrecentarla por cada una de nuestras hermanas, y en ellas a TODA la humanidad, especialmente a SUS “predilectos”, a los que sufren, los pobres, los perseguidos, los bienaventurados.

Amar y servir es la gran enseñanza del Jueves Santo.

Ni hombres ni mujeres entendían las palabras de Jesús: “El Hijo del hombre tenía que padecer mucho, ser reprobado por los senadores, los sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y al cabo de tres días levantarse Mc 8,31. Ese levantarse es despertase, es RESURRECCIÓN, victoria sobre la muerte. Sucede tanto en el Evangelio ese bajar y abajarse para luego elevar -Belleza que levanta- que reúne, que une, que hace cenar juntos.

Las mujeres lloran. Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea estaban observando desde lejos, acompañaron a José de Arimatea para ver el sepulcro y… al regresar a sus casas prepararon perfumes, aromas y ungüentos, descansaron el Sabat Lc 33,49.CAMINO

Las mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea, al día siguiente, todavía muy de mañana, (el primer día de la semana), llegaron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado Lc 23, 55-56 y cuando los ángeles les hablan, les explican y les preguntan:

¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Lc 24, 56 “Ellas se acordaron de sus palabras” y comprendieron que estaba vivo y anunciaron contando estas cosas a los once y a los demás Lc 24,8. A ellos les pareció que era un DELIRIO, un desatino Lc 24, 11. Luego Cristo se mostró entre los suyos. Estamos llamadas a buscar lo de arriba, donde esta Cristo sentado a la derecha de Dios: “aspirad a lo de arriba, no a lo terreno”, “buscad lo de arriba”. Somos las mujeres que acompañan a Jesús, que anuncian ¡HA RESUCITADO! Hemos entrado en el jardín de la Resurrección por el Bautismo, pasando por la pasión, muerte y Resurrección del Señor, que es fuente de LUZ.

Seamos sus testigos, admiradas de lo que vemos, de lo que creemos, tenemos esa luz para vivir:

JESUCRISTO RESUCITÓ Y VIVE ENTRE NOSOTROS