El tiempo de Adviento tiene un cambio importante a partir de la octava anterior a la Navidad, desde el 17  al 24 de diciembre, pues tanto en la Liturgia de las Horas como en la Eucaristía se celebra ya sólo el acontecimiento de la venida en la carne del Hijo de Dios, leyéndose los llamados «evangelios de la infancia de Jesús». En las oraciones se pide generalmente la plena participación en el misterio de la encarnación del Señor mediante la vida sacramental.

Las antífonas «O»“antífonas mayores”, que se cantan en Vísperas, deben su nombre a que comienzan por la exclamación admirativa “O” (en latín) y van seguidas por los títulos divinos de Cristo: Sabiduría, Señor, Raíz, LLave, Oriente, Rey y finalmente Emanuel.

Desde la antigüedad se cantan en nuestros Monasterios con especial solemnidad reservando una antífona para cada monje o monja que la entona.

Las antífonas “O” son un admirable compendio de la cristología y, a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidadLa aclamación inicial sirve para subrayar la fascinación de quien contempla algo inaudito, verdaderamente admirable.