PADRE DE MONJES Y PUEBLOS, TE CANTÓ SIEMPRE LA IGLESIA:
CÁNTENTE HOY NUESTRAS VIDAS, DE TU ESPÍRITU HEREDERAS.
GLORIA AL PADRE, GLORIA AL HIJO, Y AL ESPÍRITU EL QUE DIO,
A BENITO TAL GRANDEZA, NOS CONFIRME EN SU MISIÓN.

Primera y última estrofa  del himno a de San Benito
 Hna. M Aurelia Alvarez,  Rengo

La condición humana, hace renacer en distintas épocas y sin cesar las mismas situaciones, las mismas necesidades, los mismos infortunios. Los santos y los narradores cristianos están inmersos en un medio espiritual impregnado por la Biblia. Ésta inspira al escritor sus esperanzas, sus oraciones, sus gestos. San Gregorio nos da conocer la VIDA Y MILAGROS de SAN BENITO y a su vez, nosotras, sus discípulas y admiradoras, estamos  dispuestas a reconocer estos modelos bíblicos en San Benito,  y además recordamos en él los rasgos que lo asemejan a Moisés y Elías, a David y los profetas, a los Apóstoles y los mártires; y Cristo mismo será evocado en él. El Santo es para nosotras en este momento modelo, consuelo y estímulo para mirar nuestra realidad actual de pandemia, así como hemos venido mirándola estas últimas semanas. Pidamos al “Hombre de Dios”, que obre también en nosotros esos milagros, para que podamos siempre alabar con pureza de corazón, como Cuerpo de Cristo que, por la Eucaristía y la puesta en común de todo, se va manifestando al mundo y a la Iglesia en el mundo, y así nuestro ser y nuestra existencia, manifieste la presencia y la acción del Todopoderoso, doblando nuestras rodillas ante nuestro CREADOR.

  Amén.

                                                                  11 de julio 2020

 + M. Alejandra